La Concertación Democrática Nicaragüense / Monteverde manifiesta su enérgico repudio ante la constante y sistemática violación de los derechos humanos perpetrada por la dictadura de Ortega y Murillo. El reciente llamado de la Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif, resalta la crítica situación que vivimos: la represión y el abuso de poder son las marcas distintivas del régimen.
El régimen Ortega-Murillo ha profundizado su control sobre el Poder Judicial, utilizándolo como una herramienta para perseguir y silenciar a cualquier persona que se atreva a alzar la voz en contra de su gobierno. Esta manipulación perversa del sistema judicial ha llevado a la detención arbitraria de al menos 131 nicaragüenses, incluidos defensores de derechos humanos y líderes cívicos. Desde marzo de 2024, la represión se ha intensificado con la detención de 30 personas más en el contexto de la represión del espacio cívico.
Ortega y Murillo son directamente responsables de estas graves violaciones. Su régimen no solo ha encarcelado a ciudadanos por sus convicciones políticas, sino que también ha despojado arbitrariamente de su nacionalidad a nicaragüenses valientes como la defensora de derechos humanos Vilma Núñez, quien además enfrenta vigilancia y acoso constantes. La situación de presos políticos como Brooklyn Rivera y Jaime Navarrete es un testimonio del clima de terror que han instaurado.
Este abuso de poder no es una mera coincidencia; es una estrategia deliberada para mantener un control totalitario sobre el país y sofocar cualquier forma de disidencia. La negación del derecho a la comunicación de los detenidos con sus abogados y familiares es una táctica de aislamiento diseñada para quebrar su espíritu y deshumanizarlos.
A pesar de este oscuro panorama, la Concertación Democrática Nicaragüense / Monteverde cree firmemente en la capacidad del pueblo nicaragüense para resistir y superar esta opresión. Instamos a la comunidad internacional a no solo condenar estas atrocidades, sino a tomar medidas decisivas para presionar al régimen y apoyar a los nicaragüenses en su lucha por la libertad y la justicia.
La restauración del Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos no son solo demandas, sino exigencias urgentes. La liberación inmediata de todos los presos políticos y la restitución de la nacionalidad a quienes han sido despojados arbitrariamente son pasos esenciales hacia la recuperación de la democracia en Nicaragua.