Boletín # 14 | La guerra híbrida de los Ortega Murillo contra Estados Unidos 

En un contexto de confrontación creciente entre democracias liberales y autocracias, Nicaragua se integró al bloque que encabezan Rusia y China, y juntos aprovecharon el incremento sin precedentes de la migración irregular facilitándola e instrumentalizándola como forma de ataque a los países occidentales; y en el continente americano, a los Estados Unidos, con el propósito de afectar sus vulnerabilidades sistémicas y sus instituciones.

Cuarenta dictaduras generan el 35 por ciento de la migración internacional, entre ellas las de Nicaragua, Cuba y Venezuela que han empujado al exilio a más del 20 por ciento de su población. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a partir de 2020, han migrado al menos veinte millones de personas.

Estas personas migran empujadas por el deterioro económico de sus países, la persecución a los disidentes y voces críticas, la falta de libertades y la ausencia de democracia que limita sus oportunidades.

Un transportista ofrece sus servicios en las afueras del aeropuerto internacional en Managua a migrantes cubanos que llegan de la isla en vuelos fletados para enrumbarse por vía terrestre hacia la frontera con Honduras y coronar en suelo estadounidense. Foto: Archivo / La Prensa.

La alianza estratégica de Nicaragua con Rusia, China, Irán y Corea del Norte para obtener protección, apoyo político, económico y militar, llevó a las dictaduras de América a sumarse al desarrollo de agresiones híbridas de diferentes tipos, particularmente a través de la instrumentalización de la migración que, además genera oportunidades para el tránsito de terroristas.

Los regímenes totalitarios usan la migración como válvula de escape para disminuir sus problemas económicos y sociales; y remozar sus estadísticas económicas con las divisas que reciben a través de las remesas, que les permiten trasladar recursos hacia la seguridad. Así se libran de los opositores, aumentan el control social y obtienen ingresos extraordinarios mediante la facilitación de la migración propia y de terceros.

La instrumentalización de la migración afecta a los países receptores: erosiona la confianza en sus instituciones, deteriora la imagen de los Gobiernos, quebranta los sistemas de gestión, polariza a la sociedad y provoca crisis internas, con el consecuente crecimiento de posiciones políticas de extrema derecha. Esto desvía la atención de las causas de la migración, que son la falta de democracia y el fracaso económico de las dictaduras que las generan y facilitan.

La presencia rusa en Nicaragua y su vinculación estratégica con Cuba y Venezuela, principales países de orígen del flujo de migrantes en el continente junto a Haití, facilitaron la asesoría de expertos rusos, ubicados en un centro de entrenamiento bajo el control del Ministerio del Interior ruso, para convertir el Aeropuerto Internacional de Managua en un auténtico hub para promover la migración hacia Estados Unidos desde cuatro continentes.

En la actual nueva era de confrontación, con la evidente cooperación de los integrantes de cada bloque para debilitar a los adversarios, las amenazas híbridas adquirieron un rol preponderante, entre las que destaca la instrumentalización de la migración como lo señala la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). 

Los ataques híbridos constituyen un ejercicio de guerra no convencional que pretende ubicarse bajo el umbral del conflicto, evitando que se le atribuya la responsabilidad al atacante y afectando la confianza en la democracia al trasladar el enfrentamiento al espacio interno del adversario. Sus ventajas estratégicas y bajo coste explican la recurrencia e intensificación de su uso.

En complicidad con Cuba y Venezuela, el régimen Ortega Murillo ha demostrado una fuerte voluntad política propia de un poder centralizado y obsesionado por el micromanejo, preparó las condiciones para trasladar, en un periodo de dos años y tres meses, hacia la frontera sur de Estados Unidos a más de seiscientos mil migrantes irregulares provenientes de El Caribe, Asia, África y Europa.

La estrategia incluyó convenios de libre visado y una política equivalente al libre visado universal a través del cobro de salvoconductos y tarjetas de turismo, contratación de operadores de vuelos chárter, y entrenamiento del personal del aeropuerto de Managua, la Policía y el Ejército que protegen el corredor aéreo. 

Si bien el flujo de más de mil vuelos chárter provocó una amplia repercusión internacional, alentados por el libre visado, dos tercios del total de los migrantes que utilizaron el hub de Managua, arribaron a través de aerolíneas comerciales en vuelos regulares con escala en otros países de América.

Para la Concertación Democrática Nicaragüense (CDN), la guerra híbrida involucra a la región en un conflicto ajeno, que aprovecha la vulnerabilidad del migrante y perjudica el derecho humano a emigrar, encareciendo los costos, incrementando el rechazo y la xenofobia, dificultando la inserción en el país de destino y aumentado la corrupción.

La mano rusa en la migración irregular hacia Estados Unidos

Recientemente la organización Expediente Abierto desarrolló el diálogo: “Éxodos Manipulados: El uso de la migración como arma de guerra política en la era de los autoritarismos”, para analizar el desarrollo de este fenómeno que, en nuestro hemisferio aprovecha el drama humano provocado por las precarias condiciones en las que viven miles de personas que además enfrentan persecución política, falta de oportunidades, inseguridad o desastres climáticos, entre otros. 

Los panelistas coincidieron en que gobiernos inescrupulosos, regímenes autoritarios, redes de delincuencia transnacional, políticos oportunistas y mercaderes en busca de réditos fáciles,  casi siempre actúan en coordinación y se aprovechan del drama que enfrenta la población migrante.

Además, presentaron la investigación: “Instrumentalización de la migración en América Latina como ejercicio de guerra híbrida contra Estados Unidos de América”, que profundiza sobre el rol que el régimen Ortega Murillo juega en la promoción de una nueva ruta para el tráfico irregular de migrantes provenientes de América, Europa, Asia y África. La estrategia se desarrolla en alianza con Cuba y Venezuela, bajo la coordinación de Rusia que la empuja con objetivos económicos, pero sobre todo políticos.

De hecho, el mecanismo utilizado bajo la mano de Rusia, para que migrantes provenientes de cuatro continentes transiten hacia Estados Unidos a través de Nicaragua, es similar al que promovieron en 2021 para trasladar iraquíes y afganos, hacia Polonia y Lituania a través de Bielorrusia. 

Nicaragua replicó la práctica de libre visado, el uso de vuelos chárter, y el involucramiento y respaldo de las fuerzas armadas para asegurar el paso de los migrantes, que en su momento implementó Bielorrusia. 

El interés de Rusia en nuestro continente, data desde la segunda mitad del siglo pasado cuando estableció relaciones con las dictaduras de Cuba y Nicaragua, y en este siglo se sumó Venezuela; y hoy por hoy, ellos constituyen el trío más autocrático y violador de derechos humanos del continente.

No es casual que en los últimos años alrededor del 20 por ciento de la población de estos tres países, que juntos suman una población de 45 millones, salió al exilio a buscar mejores oportunidades. Casi 11 millones de nicaragüenses, venezolanos y cubanos abandonaron sus hogares. La mayoría de nicaragüenses y cubanos se estableció en Estados Unidos, y los venezolanos en Colombia, Perú y Estados Unidos. 

En Nicaragua el éxodo empezó en 2018 a raíz de la crisis socio política, cuando también los Ortega Murillo incrementaron sus vínculos con Rusia, para buscar protección política y obtener asistencia militar y de inteligencia. Esto a su vez le permite a Rusia usar a Nicaragua para mostrar una presencia significativa en Centroamérica, donde pretende influenciar la dinámica política, y contrarrestar, y de ser posible desestabilizar, los intereses estadounidenses. 

En los últimos años China se sumó a esta alianza y logró que los Ortega Murillo rompieran relaciones con Taiwán.

Durante el foro, uno de los panelistas, el periodista Marc Marginedas advirtió que Estados Unidos y el periodismo americano deben tener más conciencia para abordar la magnitud de este problema y sus consecuencias al interior del país; y no perder de vista que es evidente que Rusia empuja desde afuera el mecanismo migratorio que impulsa Nicaragua. 

Marginedas mencionó que en septiembre del 2023 Estados Unidos divulgó en sus redes sociales cifras que demuestran que es el principal socio comercial de Nicaragua y cuestionó que siga empujando esa relación con un país que intenta mermar su estabilidad, no solo a través de la migración. También criticó que acoja y pacte con Rusia que se ha declarado su enemigo.

En las últimas dos semanas Nicaragua votó junto a Rusia contra el Pacto para el Futuro de la Organización de Naciones Unidas (ONU); y lideró la inclusión de Rusia como observador en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).

En la Concertación Democrática Nicaragüense (CDN), consideramos que hay una evidente contradicción entre el mundo político militar que empuja el régimen Ortega Murillo aliado de Rusia, y el económico del que se está lucrando y cuyos recursos utiliza para mermar la estabilidad de Estados Unidos. 

Advertimos que es necesario que las autoridades estadounidenses replanteen esta situación, porque más allá de las promesas de sus dirigentes, mientras no haya cambios no se frenará el flujo de migrantes irregulares que siguen llegando a su frontera, y la inestabilidad en su país y en el resto de la región se seguirá agudizando.