45 años después de la Revolución Sandinista

La Concertación Democrática Nicaragüense, CDN-Monteverde considera que el 19 de julio de 1979, es una fecha superada por la historia, y por los hechos diametralmente opuestos a los sueños de libertad, justicia social y paz, que albergaba la mayoría de los nicaragüenses.

Desde que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) asumió el poder implantó una agenda de corte marxista leninista, completamente opuesta a la oferta democrática que prometió inicialmente. Mantuvo a los nicaragüenses sometidos a la voluntad del Estado-partido; anuló las libertades cívicas y económicas; se alineó completamente al totalitarismo de Cuba y de la Unión Soviética, declaró a Estados Unidos, “enemigo de la humanidad”, y se empeñó en extender la revolución al resto de Centro América.

Asimismo, destruyó el tejido empresarial y productivo del país produciendo una crisis económica sin precedentes que acabó con la clase media, envió al exilio a unos 200 mil nicaragüenses, y empujó a miles de campesinos a unirse a la Resistencia Nicaragüense, conocida como “la Contra”, que recibió armas de Estados Unidos, con el fin de contener el expansionismo soviético en la región. El país se sumergió entonces en otra guerra civil que acabó con la vida de miles de jóvenes reclutados para el Servicio Militar por la Seguridad del Estado.

Al final de la década de los 80, el cese del apoyo soviético, la presión de la comunidad internacional, la Contra, y el convencimiento de que mantenían el apoyo popular, permitió que el 25 de febrero de 1990, se realizara un proceso electoral adelantado y super vigilado donde el pueblo con su voto derrotó al FSLN.

Nicaragua comenzó un difícil proceso de transición hacia la democracia, con una economía en ruinas y más pobreza que antes de la revolución. El esfuerzo por reconstruir el país en libertad duró solo 16 años.

En 2007 el FSLN retomó el poder e inició un proceso de captura del Estado que hoy tiene al país sometido al más brutal autoritarismo con el que la familia Ortega-Murillo pretende instaurar una dinastía. A la fecha, más de 350 nicaragüenses han sido asesinados, centenares encarcelados y desterrados; y más de 800 mil han migrado. El régimen ha desatado una persecución religiosa sin precedentes, y provocado la destrucción de todo el tejido político, social y empresarial del país. Su alianza con Cuba, Venezuela, Rusia, China, Irán, Corea del Norte, los Talibanes y otros, pretende revertir el orden democrático del continente.

Para la CDN-Monteverde es vital no repetir estos errores, por tanto, considera fundamental que el liderazgo que asuma la reconstrucción de la Nicaragua post Ortega esté genuinamente comprometido con los principios e ideales de la más amplia libertad en todos los órdenes: político, económico, religioso, ideológico, social, con la defensa innegociable de la dignidad de la vida y los derechos humanos.

No podemos permitir que haya otro 19 de julio. El somocismo y el sandinismo deben ser capítulos cerrados de nuestra historia. El nuevo reto será enfocarnos en construir la República democrática, libre y próspera, que siempre hemos soñado.