Odio y crueldad de la dictadura al arrebatarle la nacionalidad a miles de nicaragüenses

La dictadura aprobó una reforma a su nueva constitución totalitaria, para incrementar los mecanismos de persecución extraterritorial contra más de un millón de nicaragüenses que conforman la amplia diáspora dispersa por el mundo desde los años 80, e incrementada por la represión a partir del 2018.

La reforma constitucional prohíbe la doble nacionalidad de manera que quienes hayan adquirido o adquieran una segunda ciudadanía, pierden de forma automática la nicaragüense. Según declaraciones de Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional, una de las principales maquinarias represivas de la dictadura, el régimen tiene la voluntad de aplicarla retroactivamente por “razones políticas”.

Esta aberrante reforma violenta los principales tratados y convenios en materia de derechos humanos que prohíben la privación arbitraria de la nacionalidad y que protegen la relación y arraigo de los nacionales con su país de origen. Además, deroga tácitamente los tratados internacionales suscritos por Nicaragua en materia de doble nacionalidad que existían con países como España.

La medida muestra una vez más el odio y crueldad que caracteriza a la dictadura que ahora no solo ataca a sus adversarios políticos sino que pretende dañar a quienes se han visto forzados a migrar por razones políticas o económicas. El modelo económico que solo favorece a la familia en el poder y sus cómplices así como la persecución política y religiosa, ha obligado a casi una cuarta parte de la población a emigrar; ahora en el colmo de la injusticia pretende castigarlos privándoles de su nacionalidad.

La reforma dictatorial, mantiene la disposición que establece que los extranjeros que soliciten nacionalizarse deberán renunciar a su nacionalidad de origen excepto si son centroamericanos, pero se venga de los nacionales al privarlos de esta misma posibilidad.

La Concertación Democrática Nicaragüense CDN se solidariza con la comunidad nicaragüense en el exterior. Les aseguramos que nos sumaremos activamente a la denuncia de esta nueva violación a los derechos humanos y al incumplimiento de las obligaciones de Nicaragua que continúa actuando como un Estado forajido, frente al derecho internacional.
¡La dictadura caerá!