Celebramos y honramos a las madres nicaragüenses en su día

Mayo es un mes para celebrar y honrar a nuestras madres. A las que perdieron a sus hijos, a las migrantes y exiliadas, a las que se quedaron separadas de sus familias, a las que luchan por la justicia con esperanza, a las trabajadoras, a las que están injustamente encarceladas, a todas las que por sus hijos dan hasta la vida si es necesario. Las madres representan el amor incondicional, fuerza, ejemplo y resistencia.

Cada 30 de mayo, fecha en que celebramos a nuestras madres, acompañamos especialmente a las de los 19 asesinados por la dictadura Ortega Murillo, durante las marchas pacíficas y multitudinarias, realizadas hace siete años, en apoyo a las que exigían justicia por el asesinato de sus hijos durante las protestas de abril. En aquél fatídico día la represión dejó también a decenas de heridos en Managua, Estelí, Masaya y Chinandega.

Las madres de los asesinados siguen demandando justicia, son fuerza viva, faros de esperanza y resistencia. Su lucha trascendió fronteras y son símbolo de valentía frente a la tiranía. Nuestra determinación de acompañarlas en la búsqueda de justicia y reparación seguirá intacta hasta lograrla.

Abrazamos a las madres y abuelas que empujadas por la pobreza y la crisis sociopolítica y económica provocada por la dictadura, se han quedado solas o se han visto obligadas a migrar, con el dolor de saber que eso altera su rol fundamental como soporte emocional de sus familias. Actualmente muchas siguen lejos de sus hijos, con el corazón dividido por culpa de la dictadura criminal.

Reconocemos a las madres que pese a la brutal represión participan y lideran diferentes espacios políticos y sociales, defienden los derechos humanos, denuncian los abusos y no cesan en su lucha para restablecer la democracia y construir un mejor país para sus hijos. La defensa de los valores democráticos le ha costado a muchas madres el destierro, la pérdida de la nacionalidad y la separación de sus seres queridos.

Reiteramos nuestro compromiso con las madres presas políticas, profesionales, amas de casa, trabajadoras del campo y de la ciudad; a todas ellas que crían, sustentan, enseñan y sacan adelante a sus hijos en medio de la adversidad, las abrazamos y les decimos que seguiremos juntos en la lucha por recuperar la libertad y restablecer la democracia en Nicaragua.

¡La dictadura caerá! ¡Nicaragua será libre!